La influencia y la inspiración del Greco están presentes en muchos aspectos de la obra de Kalato. Un claro ejemplo son las caras masculinas que esculpió directamente sobre la piedra y que nos recuerdan al grandioso Apostolado. Kalato concibió una abundante variedad de caras con diferentes perfiles que fue perfeccionando durante su etapa inicial como miembro del equipo de restauración del monasterio de San Juan de los Reyes y posteriormente fue madurando a lo largo de su trayectoria escultórica.
Ideó caras imaginarias sin recurrir a presupuestos reales y a través de este análisis mental fue desarrollando su propia iconografía con dos puntos de partida: por un lado, durante la restauración de los santos que se encuentran en el claustro bajo de San Juan de los Reyes, en la que participó dentro del equipo de colaboradores de su maestro, Cecillio Béjar, y en donde afianzó su técnica escultórica y, por otro, gracias al descubrimiento del manierismo italiano importado por el Greco y que está tan bien sintetizado en el Apostolado, con ese estilo tan propio que el artista cretense confirió a sus obras, todas ellas dotadas de rasgos y características fuera de lo común, basadas en la abstracción de las formas y del espacio.
La mayoría de las caras que crea Kalato se realizan en un período de tiempo entre 1975 y 1985 y son independientes en sí mismas; fueron elaboradas sin bocetos previos y transmiten esa característica mística contenida que se percibe en el resultado final de cada trabajo.
Al igual que en el Apostolado del Greco las caras que propone Kalato, aún siendo independientes, funcionan muy bien cuando se ven de manera conjunta pudiéndose apreciar una interacción entre todas ellas.
Un aspecto a destacar es la disposición en la que se presentan y se observa que la lateralidad es otra característica común en el resultado final de las diferentes obras.
En esta serie de trabajos se advierte también la influencia del genio cretense tanto en la forma como en el fondo y es así como Kalato muestra un relato verosímil basado en prototipos imaginarios, que adquieren naturaleza propia.
